viernes, 25 de octubre de 2013

Magic test.

1. ¿En qué casa estarías?
Ravenclaw. Me gustaría ser más inteligente y realmente valerlo, pero cuando una sala común es una biblioteca, ese es mi lugar.
 
2. Si estuvieras siendo seleccionado y el sombrero te sugiriese una opción que no habías considerado, ¿escucharías su consejo o elegirías la casa en la que quieres estar?
Yo lo puedo escuchar todo, así aprendería más de mí, pero sé que no podría estar en otra casa.
 
3. ¿Qué mascota llevarías a la escuela?
Una lechuza blanca. Pero pasaría más tiempo con ella que con muchos de los alumnos...
 
4. ¿Dónde te sentarías normalmente en clase?
 En la segunda fila.
 
5. Pongámonos en situación, ¿qué estarías haciendo ahora mismo?
Leyendo o escribiendo en la sala común. O en mi habitación.
 
6. ¿De qué material es el núcleo de tu varita?
Escama de dragón.

7. ¿Formarías parte del equipo de quidditch?
No, yo cuidaría a las criaturas mágicas.
 
8. ¿Estarías en alguna organización?
Seguramente sí, alguna para animalitos mágicos o para tocar instrumentos.
 
9. ¿Irías a casa durante las vacaciones?
Supongo que sí.
 
10. ¿Piensas que podrías hacerte amigo de alumnos de otras casas?
Ya soy amiga de gryffindors, slytherins.. y hasta de hufflepuffs... incluso novia de uno así que...
 
11. ¿Qué equipaje llevarías a la escuela?
Libros, libretas, ropa(?)... no sé, todo lo tendría allí!
 
12. ¿Y qué llevarías a casa cuando fueras por vacaciones?
Muchas cosas de Hogsmeade. Muchas.
 
13. ¿Te plantearías la posibilidad de estudiar en otra escuela?
Seguro que cerca mío debe haber otra. Elegiría Beauxbatons pero Hogwarts es tan preciosa...
 
14. ¿Crees que podrías ser prefecto?
No. xD
 
15. ¿Eres "sangre limpia", mestizo o hijo de muggles?
Soy mestiza pero solo le doy importancia a la sangre mágica :)
 
16. ¿Estarías relacionado con alguna familia de magos?
No.
 
17. ¿Serías un estudiante que se mete en líos a menudo?
Nunca he sido de ésas..
 
18. ¿Crees que te castigarían a menudo? ¿Por qué razones?
Seguro que filch querría meterme en líos ¬¬
 
19. En las visitas a Hogsmeade, ¿a qué tiendas irías?
¡¡¡Honeydukes!!! Creo que medio día sería para estar allí. uego me tomaría algo en Las Tres Escobas, no sin antes pasar por Zonko.

20. ¿Apoyas al equipo de quidditch de tu casa?
Sí... xD

21. ¿Leerías Historia de Hogwarts?
Seguramente, de hecho... lo quiero leer.

22. ¿Crees que recibirías muchas cartas de casa? ¿Cada cuánto te escribirían?
Sí, muchas xDD

23. ¿Te suscribirías al Profeta, el Quisquilloso o algún otro periódico/revista del mundo mágico?
Al Quisquilloso sin dudar.

24. ¿Qué parte del castillo sería tu favorita?
La biblioteca, mi sala común, los alrededores, el lago, el Bosque Prohibido, la lechucería..
 
25. A la hora de dormir, ¿cierras las cortinas de tu cama con dosel o las dejas abiertas?
Cerradas.
 
26. Si el equipo de tu casa jugase y perdiera, ¿crees que estarías resentido con el otro equipo después del partido?
No si juegan limpio o_o vaya tontería por la que tener recelo porfavor...

27. ¿Serías fan de la música mágica?
¡Pues claro!

28. ¿Explorarías el castillo entero por curiosidad, aún sabiendo que entrar en ciertas zonas puede acarrearte problemas serios?
CUANDO DICES QUE VAMOS

29. ¿Cada cuánto visitarías la biblioteca?
Con bastante frecuencia.

30. Si alguien fundase un grupo similar al Ejército de Dumbledore, ¿formarías parte de él?
Depende de muchos factores, pero seguramente quisira poder ayudar por el bien.

31. Si te castigaran, ¿qué castigo preferirías cumplir? ¿Limpiar los calderos, abrillantar los trofeos, organizar libros en la biblioteca...?
Ayudar a Hagrid con las criaturas del Bosque 8D

32. ¿En qué asignaturas de tus T.I.M.O.s sacarías un E (Extraordinario)? ¿En cuáles crees que sacarías un T (Trol)?
Extraordinario en Astronomía y Cuidado de Criaturas Mágicas, Trol en DCLAO, pociones quizás y transformaciones regular.

33. ¿Y en tus E.X.T.A.S.I.s?
Intentaría mejorar lo que más me cojea, claro.

34. Si fueras un sangre limpia, ¿tendrías interés por leer literatura muggle?
¡Hombre pues claro!

35. ¿A qué hora crees que te irías a la cama los días de diario?
Cómo ahora supongo.
 
36. ¿Te gusta más el whisky de fuego que la cerveza de mantequilla?
Nononononononononono para nada. No me gustan ese tipo de bebidas volcánicas. Cerveza de mantequilla please.
 
37. ¿Qué snack mágico sería tu favorito, o cuál te encantaría probar?
Pues... supongo que las grageas. Aunque no tengo un buen recuerdo de ellas... Y las ranitas me daría pena comérmelas..

38. ¿Coleccionarías los Cromos de brujas y magos famosos?
No, coleccionaría otro tipo de objetos.

39. ¿Llevarías la cuenta de todos los sabores de grageas de Bertie Bott que has probado?
Obviamente.
 
40. ¿De qué equipo de quidditch (sin contar los equipos de las casas) serías seguidor?
Creo que me daría bastante igual... pero supongo que me quedo con los Flechas de Appleby.
 
41. ¿Qué asignaturas estudiarías para los E.X.T.A.S.I.S?
Cuidado de Criaturas Mágicas, Encantamientos, Astronomía, quizás Runas y DCLAO...

42. ¿Qué sería tu boggart?
Eso no se dice.

43. ¿Cabeza de Puerco o Las tres escobas?
Salón de té de Madame Pudipié :D

44. Si tuvieras edad, ¿participarías en el Torneo de los tres magos si volviera a celebrarse?
Uf, uf... no sé eh... que me podría morir churruscada por un dragoncico...
 
45. ¿Qué crees que pasa en la graduación?
Todos tiran al aire sus sombreros de pico y luego beben mucha cerveza que no es de mantequilla.
 
46. ¿Eres capaz de ver los thestrals que llevan los carruajes?
Sí..

47. Si te invitaran a formar parte del club Slughorn, ¿aceptarías la invitación?
Ugghh NO.

48. ¿Te plantearías ser profesor de Hogwarts cuando terminaras tus estudios?
¿Yo profe? ajajjajajajaja no.

49. ¿Cuál sería tu patronus?
Conejo.

50. ¿En qué recuerdo pensarías cuando invocases un Patronus?
Eso es propio e intransferible :)

51. ¿En qué curso estás ahora mismo?
 En cuarto, sí sí.

miércoles, 6 de marzo de 2013

De la ciudad de colores (I)

Quizás hay temas que, estando como está el mundo, es mejor no tocar. Pero, qué demonios, no voy a autoimponerse un boicot a los temas de los que sea que quiero hablar por que la sociedad no sepa comportarse como aquellos adultos que se supone que son.
Cuando era pequeño, esperaba ser mayor para conocer a otros de aquellos seres mitológicos denominados "Adultos", que sabían comportarse, entenderse y comprender. Ahora espero a la vejez, a ver si es en esa edad en la que se llega a todo eso.

El tema a tratar tiene sus bases en mi ya conocido amor por la ciudad de colores en la que mi buena madre me dio a luz. Barcelona, le llaman. Me gusta ese nombre. Y huele a mar.

Debido a la imborrable sed de división del ser humano, tenemos casi la obligación de sentirnos parte de un lugar poniéndonos barreras entre nosotros, lo cual me convierte, a ojos de las demás personas del territorio hispánico, en un nacionalista. Lo cual me parece penoso.

Y todo por remarcar mi enloquecido amor por toda la rica cultura de este precioso trocito del mundo al que llaman Cataluña.
No, no me representa la señera. Tampoco la rojigualda. Me representa, y quizás peco de pedante, toda la riqueza cultural, me siento henchido de orgullo cada vez que delibero sobre que este lugar sea cuna de joyas artísticas.
Quizás me he sobrepasado. No quiero decir que me represente. Es más bien... un sentimiento. Sí, es eso. Un sentimiento de amor y acogimiento por este lugar que es la cuna de una belleza sin igual.

Dalí. Miró. Gaudí. Torres. Verdaguer. Maragall. Guimerà. Zafón. Serrat.
Son solo unos pocos de los nombres que huelen a arte y a mediterráneo, atemporales, inigualables, únicos en su especie.
¿Quién no podría sentirse orgulloso de pasear por unas calles adoquinadas de belleza, pintadas de arcoiris? ¿Y más sabiendo todo lo que han aportado y hecho transmitir tales calles a dichos genios?
Se diría que el dulce aroma del norte catalán aporta un brillo especial en los ojos de aquellos que saben apreciar la sensibilidad de la belleza en su quintaesencia, que el aire que por estos caminos sopla aviva al númen adormecido que vive dentro de todos nosotros, evocando a la necesidad de expresión por todos los medios alcanzables que seres sonrientes y melancólicos son capaces de ofrecer al mundo.

Y ruego no me malinterpretéis de nuevo, sabiendo como están los terremotos nacionalistas en auge cualquiera sería capaz de tacharme como tal. No. Espero que se comprenda en su mayor grado mis intenciones con esta primera parte de mi exposición sentimental hacia la tierra, calles y mar que me han visto nacer y crecer entre sus olas y espirales.

No subestimo al resto de ese territorio con el cual comparto lengua, puesto que me llena de un sentimiento también orgulloso - en su más inocente sentido - el haber compartido ciertas raíces con mis siempre queridísimos Bécquer, Cervantes, Unamuno, Lope, Garcilaso, Alberti, Galdós, Espronceda...
Apuesto muchísimo por todos aquellos genios del ayer y también del ahora que saben transmitir la mayor de las virtudes que el humano puede crear, tal como es el Arte en todas sus variantes.

Pero, si algo no puedo olvidarme decir es que, siempre que mi alma necesita llenar de dulzura una expresión, esta se convierte en aguamiel transmitiéndose en català.
Doncs no hi ha idioma més dolç.

A.

sábado, 16 de febrero de 2013

Se me ha metido un sueño en el ojo.

La música activa el sensor de la piel con complejo de erizo.
La saboreas, es dulce, es sabrosa, es intensa.
La tocas, la acaricias, la alcanzas, la rozas con las puntas de los dedos, donde cosquillean las ideas sin palabras que quieren volar en la nube melodiosa.
La ves brillar, huele a chispas de oro, a emoción que se cría en la luz de una bengala.
Es el sexto sentido, el más vívido. Se esconde entre la realidad, tosiendo ondas de calidez y lágrimas que se antojan invisibles a la sinestesia. Nunca la pierdas.

Las estrellas se acoplan en mi retina, se han desprendido de mis pestañas, mis alas desean alzar el vuelo y abrazar la esencia de cada melodía que se filtra sin miramientos por las fibras de mi espíritu sensible y deshilachado.

Pájaros áureos.


A.

jueves, 7 de febrero de 2013

De mi torre de universos compartidos particular.

Hay quién me juzga por leer muchos libros a la vez. Intentaré ser conciso y claro, sin andarme por las ramas como puede ser costumbre en mí, ya que en la hora exacta de mi escritura virtual de esta entrada, em encontráis algo indispuesto debido al desgaste del día, siendo exactamente las 23.55h de un jueves de ajetreo.
Los que no suelen leer se espantan. Los que leen mucho me comprenden. Y, sin embargo, son estos últimos los que luego me tienen en el punto de mira de reproches en los que se carga el incesante argumento del abandono de libros. No los abandono, simplemente les doy una prórroga personal.
Sería muy aburrido para mí leer solo un libro. Hay quien sigue muchas series a la misma vez.
Es como la comida. Cuando te apetece algo dulce, ¿acaso pruebas lo salado?
¿Y si te apetece algo amargo y tan solo tienes una bolsa de caramelos de miel? ¿Y si pudieras conseguir varias bolsitas com variada selección de sabores? ¿Por qué elegir tan solo un sabor tiendo al abasto tanto para elegir?
Es por eso que me gusta tanto girar la cabeza y ver, sonriente, la pila que compite en inestabilidad contra la Torre de Pisa, tan llena de sueños, aventuras y reflexiones de los cosmos espirituales más variopintos y diferentes posibles. Por que, si me apetece algo austero, amargo o dulce, puedo elegir por propia voluntad qué necesidad voy a satisfacer sin auto-obligarme a paladear un gusto indeseado.

Y por eso niños, tengo diecisiete libros siendo leídos en este mismo instante.
A.

domingo, 27 de enero de 2013

Vitamina T.

Luces. Quizás al principio el temor de la soledad, su frío impregnado entre el pecho y por los brazos, la oscuridad que se extiende alrededor de la inseguridad del campo abierto, pueda abrumar con su gravedad. Pero vale lo suficiente la luz débil de un sueño entre sombras para alentar a los pasos por la cuerda en las alturas.
Llegas, y te sitúas a la espera de que el tiempo consuma los largos minutos antes de que se abra el telón. Una vez dentro, el aire se empieza a condensar del dulce aroma de la ilusión contenida que clama volar.
Con un anuncio en el cielo que exije la total permisión de abrir el alma sin miedos ni restricciones, bailar, saltar, jugar, tal vez soñar, poco a poco van saliendo los jardineros de melodías que brotan desde el interior, dibujando sonrisas hasta en el rostro más nocturno. Las ramitas doradas se empiezan a enredar entre los miembros de tu espíritu y embriagan al corazón de ánimo. ¡Incluso notas como tus pies, independientes de tu cuerpo, se funden con el compás y el ritmo que flota en el ambiente!
Con el brillo en unos ojos que en otro momento fueron apagados por el frío, la emoción se acrecenta cuando por fin, los artistas itinerantes empiezan a hacer malabares con esas melodías que se han arraigado tanto a ti. En ese momento ya no importa que hayas ido desde tan lejos solo a ir a ver a los clowns mágicos, ya que ellos mismos se encargan de hacer desaparecer tu inseguridad e instalar en su lugar una cajita de música que empapa el aire de dulzura y alegría, que te eleva para que puedas hacer cabriolas entre nubes y estrellas, que invade tu cuerpo para que, danzando, te rodeen burbujas multicolor que dentro guardan carcajadas contagiosas.

Y al final, la última estrella brilla, todo se apaga para que las constelaciones reciban con su calidez una danza de vestidos y suave amor. Lágrimas de emoción humedecen los párpados, formando una lluvia de perlas que cae junto al telón.

Los magos de la música, los viajeros que van dejando a su paso un rastro de estrella, los clowns, saltimbanquis que soplan un vendaval de purpurina y dejan tu alma repleta de aquellos sueños de infancia que creías olvidados. Éxtasis y, sobretodo, felicidad.

¿Se puede amar el arte que transmiten unas personas concretas?
Se puede amar a la música que alimenta de sueños brillantes, de narices de payaso, de alegoría a la alegría y al desparpajo, del canto a la libertad y a que los colores pueblen el mundo. Desde luego que se puede.

Caravana que no para, circ de música i amor. Una veu rebel que crida: Benvinguts al llarg viatge!
Gràcies.

"Si un charquito, pequeño, inmóvil, 
pegado a la tierra,
es capaz de reflejar el cielo, 
¿Por qué no puedo yo soñar en grande?

A.

miércoles, 23 de enero de 2013

De cómo la vida, desde luego, es sueño.

¡Ay mísero de mí, y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.

Desde las primeras palabras cargadas del vacío doloroso que Segismundo rompe desde su garganta, entró en mí el deseo de protagonizar su papel en una obra.

A modo de bienvenida a este nuevo blog of mine presento, no una reseña, si no una simple y humilde opinión de lo que esta obra ha significado en mis entrañas espirituales.
Impotencia, injusticia, rabia. Creo que son las palabras que mejor pueden definir lo que esta obra hace sentir, esa amarga hiel al fondo del paladar y ese golpe guardado en el puño, brotes de la impotencia.

Hasta cierto punto puedo comprender que el amigo Pedro no se atreviera a abrir sus alas para liberar a su propia obra de las cadenas que la amarraban. Si la Santa Inquisición - haciendo hincapié en la santidad - no hubiera interrumpido el talento de este hombre, hoy no se hablaría de la bondad de Segismundo perdonando a su padre. Se hablaría de la justa venganza y satisfacción de los personajes y lectores cuando Segismundo atravesara el cuello de su padre con una espada, al igual que cuando Clotaldo y Astolfo cubrieran sus años entre barrotes por las graves faltas contra la honra de las inocencias que los amaban. Fuera justicia que Astolfo se pudriera en la cárcel llorando por la traición cometida a Rosaura en su movimiento egoísta, sin compasión ni perdón, así como Clotaldo, el alcaide calzonazos del rey. Ay, si es que hasta me divierte compararlos con la era contemporánea y percatarme de cuántos clotaldos rigen aún este mundo, al servicio de su señoría el tragamillones por la gloria de Dios.

No pretendo asustaros, pues pocas veces suelo alterarme, pero debo deshacerme de esta bilis que me corroe por dentro al tener que leer como injusticias literarias son gravemente aceptadas como tales sin ser tan siquiera cuestionadas por principios éticos. No se trata de buscar venganza carmesí por cada acto a traición que se cometa sobre nuestra persona, pues queda mucho por aprender en las mentes humanas sobre el equilibrio del karma. Pero si algo me enseñó Eru Ryuzaki es que la Justicia no es un Ojo por Ojo, como bien creía su buen compañero el psicótico de la libreta negra. Y desde luego lo que se muestra en esta obra es un amago de final piromusical sobre el cual cae un torrencial que apaga toda sed satisfactoria por parte de los ávidos lectores que necesitan un final feliz para aquellos desdichados que presentan su congoja de la primera a la última página.
De ser yo Segismundo, no habría consentido tal agravio contra mi persona. Es tan entendible su agresividad que, incluso siendo pacifista, mi vena comprensiva empatiza con él. De ser Segismundo, atendiendo a las leyes del bien onírico en las que se asienta, sin embargo, habría impartido mi propia justicia. De ser Rosaura, no habría aceptado jamás la mano embarrada de aquel que me traicionó, sería más conveniente escupir en ella y mandarla al corral con el resto de ese cuerpo inmundo lleno de avaricia, egoísmo y perversión. Sería, desde luego, más feliz sola que malamente acompañada.

Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que dejan en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas
--gracias al docto pincel--,
cuando, atrevido y crüel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto;
¿y yo, con mejor instinto,
tengo menos libertad?
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
del campo abierto a su huída;
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
quisiera sacar del pecho
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegios tan süave
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?

Claro y conciso reflejo de las ánimas encadenadas a una Gaia transparente para las nuevas generaciones de ser evolucionado que conocen mil veces antes todo lo plástico que lo que le es hermano. Tristes poetas de palabras sepultadas en su interior, pudriendo su corazón con cada paso que dejan atrás en este mundo monocromo.
Somos un sueño distante en la memoria del universo, un fractal sueño insignificante dentro de la caracola que ensancha y empequeñece todo cuanto creemos conocer.

Y no me iré sin antes transcribir aquellos bellos versos que tan bien todos conocéis.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

A.