jueves, 17 de abril de 2014

Translation vácuo.

Déjame que te cuente... pues hoy te lo podré contar.

La lengua de mi sangre exhala la sinceridad del alma transmutada en signos y sonidos. Hoy, mi esencia se describe ardiente como la carne desde la sangre, roja de tanto roce.

La lengua de los sueños, en la que expresamos emociones sin nombre vagando desorientadas por lagunas sonoras encriptadas en el interior, es la guía que se muestra cruda, sin maquillaje, con las ojeras de la noche desfasada y la pureza del recién nacido.

De cada poro surge una letra, formada de células y espíritu, de imágenes borrosas que cambian en su camino por ser revividas. Cualquier otro lenguaje queda artificial en cuánto lo recreas con el plástico zaborrero de tus intentos sobre la piel que lo aborrece. Más sudor, más verdad, y menos icebergs.

El lenguaje del alma, que sale de tus iris y se impregna entre los resquicios de mi alma entorpecida. Se cuela el líquido entre las brechas del cristal.

Usas la dulzura y la ternura para acunar en mis párpados el sinfín de todas las lágrimas del mundo. Usas la rectitud de tu alma violada para azotarme hasta dejarme derecho. Yo quiero más seda entre los huecos de tus finos dedos, ansío el bálsamo que pueda curar estas heridas locas.

No hay más verdad que en el lenguaje de la sangre.

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